Te odio Disney

Estoy inquieta porque creo volver a sentir ese malestar privilegiado que no me deja caer del todo. Porque no me falta, porque no merezco, no me puedo.

El derecho es algo complejo. Si es propio se lo otorga uno y el otro, más que nada uno pienso… por más que el otro no lo otorgue puede uno otorgárselo sin remordimientos o (dependiendo de la naturaleza del otro) con remordimientos clavicordios. Conquistando el derecho a otorgarme el derecho a ser y sentir lo que realmente siento y soy, separado del aplastante modelado extraterrestre. 

Ya sé que el bien y el mal son categorías cristianas, va, en realidad no estoy tan segura de dónde viene eso. Acá google me habla de que lo bueno es "lo congruente con la naturaleza humana", eso me confunde un montón y me da ganas de escuchar una clase de Darío Z que habla del amor. En realidad la pregunta tiene que ver con esto que siento, que no sé qué es. No se siente bien, duele.


Tengo ganas de que alguien me explique con una pizarra y dibujitos dónde está el cable que tengo que cortar para que deje de desesperarme ese círculo verde que no aparece, o rojo, o azul. Las letras amontonadas una al lado de la otra del otro lado de la ventana gris clarito, con tu cara en la esquina, con tus ojos al otro lado del mundo, porque en realidad estás tan lejos... aún cuando tu nariz choca con la mía. ¿Dónde tengo que cortar?


No entiendo por qué lloro, si es la excusa, si está mal, si está bien, si algún día va a parar, si es congruente con la naturaleza humana o si el termo va a dejar de hacer ese ruidito de mierda cada vez que lo dejo solo arriba de la mesada y no se calla hasta que le aprieto la tapita. Es ridículo. Que alguien me explique el sentido de este pataleo literario, berrinche intelectualoide, masoquista y ridículo. Con dibujitos por favor.

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