Un vino

Abrí el vino que compré para que tomemos juntes. Lo abrí con egolatría amarga para acompañar unos fideos tibios y una peli anestesia. Es martes, no me cansé de esperar, pero quiero hacer como si. Quizá esta vez la acción anteceda al sentimiento. Reconozco las notas de despecho además del inconfundible aroma frutado. Se me cae un hielo en la copa y a medida que se aguachentan mis preceptos más fundamentalistas me voy sintiendo un poquito más libre de mí, de mandatos y de la obligada complacencia.

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